lunes, 9 de junio de 2008

HazaloN (Buenos Aires (Ciudad Autónoma de)




El silbido agudo de los proyectiles alegra mi corazón. La sed y el hambre, el cansancio y la fatiga, no los siente mi espíritu, Quise ser el soldado más valiente de mi Ejército, el Argentino más amante de mi Patria. Pero no perdonare mi orgullo........... Por mis horas en vela, el fusil y el oido atentos a los ruidos de la noche. por mi guardia constante en el amanecer de cada día. Por mis jornadas de sed y de hambre, de fatigas y de dolor. elegire la guardia más dura en la trinchera y la misión más difícil en el avance. ya mi sangre puede correr con júbilo por los campos de mi Patria y mi alma ....en el tiempo sin tiempo de la Eternidad.Como seres humanos, durante nuestro largo peregrinar sobre esta tierra, la vida nos pone a prueba, tratando de enseñarnos sus secretos y el modo de trascender hacia una evolución espiritual, muchas veces esto ocurre de modos extraños y difícil de comprender. Nosotros como seres humanos, debemos ser susceptibles, consientes antes estas sutiles manifestaciones, tratando de ser capaces de percibir y aceptar estas enseñanzas, las cuales llegan a veces con dolor y esfuerzo, otras después de una equivocación, otras por contraste nos llegan con tranquilidad y paciencia.




Percibir y entender esto es una cuestión muchas veces de tiempo, dado que es sabido que el conocimiento interior solo se halla con la experiencia que dan los años. Debemos entender que el hecho de vivir día a día no nos hace ver la dualidad de lo correcto y de lo incorrecto, y que esta simple formula no es siempre tan definida. Es entonces cuando nuestro esfuerzo, resistencia, perseverancia y discernimiento que forma parte esencial de nuestro carácter guerrero, se ponen a prueba, y si logramos ser perspicaces esto nos hara crecer como seres espirituales que forman parte de un todo. Es en este universo de unidad, donde los guerreros no pueden ser débiles de mente ni rendirse ante la adversidad, sabiendo que los obstáculos que nos ponen la vida es una forma de instrucción y enseñanza, siendo en estas circunstancias donde el auténtico guerreo seforja, fortaleciendo su carácter y espíritu. Esto implica la posibilidad de equivocarnos como parte de este trascendental aprendizaje, teniendo en cuenta que el fracaso solo ocurre cuando somos incapaces de rever nuestras equivocaciones y enmendarlas.




Así es como la vida nos guía como un gran maestro que nos pone a prueba constantemente, generalmente de una manera dolorosa, pero también con alegrías y regocijo. Por lo tanto este gran maestro que es la vida misma nos instruye e insta a que nosotros por medio de la Kannagara o sea la vía de la intuición la cual esta mas allá de leyes, doctrinas o del bien y el mal, nos inspira a que siguiendo nuestro Kokoro (corazón) transitemos este camino por la senda que rigen al universo todo. En este sentido los guerreros, deben ser capaces de estar serenos ante el conflicto e impávido ante el peligro de la dura batalla del destino, debemos aprender a dominar los sentimientos y emociones, siendo capases de aceptar benéficamente todo lo malo que pueda venirnos, no debiendo apegarnos a nada ni a nadie, ni siquiera a la vida, teniendo siempre en mente que la muerte nos puede llegar en cuestión de segundos y es solo un cambio material del espíritu. Este camino de desapego no significa indiferencia, mas bien es el camino del autoconocimiento, dado que descubriremos que lo verdaderamente importante no se encuentra afuera en el mundo material sino dentro nuestro en nuestro vasto universo interno. Generalmente los grandes conflictos se deben a pasiones terrenales tales como la codicia y el afán de poder material, y se resuelven cuestiones de enfermedad de espíritu, de una forma terrenal, que generan conflictos como la guerra. Es por esto, que el guerrero debe ser imperturbable ante los problemas y circunstancias que lo rodeen, teniendo siempre su mente y cuerpo alerta, aun en los tiempos de paz.




Un auténtico guerreo sabe y acepta que en cualquier momento puede estallar la guerra en cualquiera de sus formas, dado que para un guerrero, la guerra es todo aquello que perturbe la paz del espíritu, por lo tanto siempre esta preparado para ella, sin que ello signifique la desee o anhele de algún modo. Por lo tanto el camino (Do) de las artes marciales es siempre transitado para conseguir mas que nada, la deseada y casi imposible paz, Es por eso que nosotros como seguidores de los antiguos guerreros Rappa (Ninjas), no estudiamos ni nos basamos en el arte de la guerra por gloria personal, pues no seriamos guerreros, seriamos claramente asesinos de mentes enfermas por afán de beneficio material, seriamos personas de sentimientos bajos y retorcidos muy lejos del idea del auténtico guerrero Para nosotros como auténticos guerreros, el arte de la guerra es en realidad el arte de buscar la paz, quizás esta aparente contradicción no sea entendible para el occidental, que no conoce el Ninpo y las polaridades complementarias del Yin y el Yan. Es por esta visión del arte guerra que nos esforzamos, aguantamos y resistimos el duro entrenamiento en la senda del Ninpo, solo con el fin de fortalecer el cuerpo y el espíritu, nos hacemos invencibles para defender y proteger la vida e intentar ser espiritualmente mejores, Como guerreros no entrenamos con armas para matar a nadie, se entrena para saber mil formas de no utilizarlas, pero generalmente el mal inherente en el hombre, muchas veces no entiende este precepto. Sería casi imposible explicar con palabras, lo que se desea trasmitir con exactitud lo que genera la auténtica practica del Shinobi, dado que sabemos que para esto solo existe el método de I-shin-den-shin o "De mi alma a tu alma", donde se trasmiten los sentimientos que forjan a un auténtico guerrero.




Nosotros los guerreros amamos la paz, y deseamos que esa paz se traslade a todos lo seres y a la naturaleza, aunque instinto primario del hombre necesite de la lucha para sobrevivir, por lo tanto para dominar esta necesidad, lo hacemos de forma de entrenamiento, tratando de subyugar esta necesidad de violencia y trocarla el una iluminación espiritual. Pero cuando el destino o la Kannagara quiera probarnos en batalla real, lo aceptaremos, pues si el destino a quien le tocase manda sobre los hombres, es el Karma de un guerrero no rehuir la batalla, por lo tanto si la lucha es necesaria e inevitable, ya que siempre existirán los hombres de odio y de afán de conflicto, también deberán existir los guerreros de temple para hacerle frente. Como Ninjas, practicamos principalmente el arte de la evasión, evitando los conflictos de toda manera posible, con esto resguardamos nuestra integridad y la de muchos ineptos que no comprenden la importancia de la vida humana y al peligro que se expone al enfrentase a un guerrero.




Como necios estos individuos llaman a esta peculiar forma de combatir, cobardía, dejando de comprender que no es más valiente el que se expone inútilmente al peligro sin verdadero motivo o necesidad, solo para probar su valentía o acrecentar su ego. Estas personas están lejos de ser guerreros, dado que no respetan el don de la vida y la ponen en juego por cualquier cosa, solo con el fin de justificar sus inseguridades y demonios interiores, tratando de probar en el terreno físico, cosas que deberían estar resueltas en el ámbito espiritual. Si caemos en estas trampas emocionales, no habremos aprendido nada, siendo una vergüenza para nuestro arte y maestro, dado que la mejor batalla es aquella que se evita.




Recordando que si entramos en combate nos alejamos del ideal del guerrero que busca la paz, es en este contexto es donde se comprende porque nunca un guerreo salió totalmente victorioso de un combate, pues a tenido que perder desde el primer momento que se vio obligado a entrar en conflicto.Si entendemos esto último, estaremos transitando el auténtico camino del guerrero y comprenderemos la filosofía de los miembros de la Hontai Saiga Ryu Ninpo.
http://www.myspace.com/hazalon

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